Altitud Ceneam 1200 metros
Altitud Pista Parador 1700 metros

Km 12,200
Tiempo 3,15
Asistentes
Teudiselo
Carlos
Enrique
Ángel
n la esquina occidental de los jardines de La Granja, frente a la artística reja de la puerta de Cosíos, nace el antiguo paseo del Nogal de las Calabazas, que ahora es una carreterilla afirmada con guijo y cerrada al tráfico y a las vacas mediante sendas barreras. Por ella avanzamos entre robledos, con rumbo sur, para cruzar al poco el arroyo del Rastrillo y, a continuación, el de la Chorranca.
Desviándonos en la primera encrucijada por una
pista asfaltada que sube a mano izquierda, pronto nos plantamos de nuevo
junto al arroyo de la Chorranca y, sin cruzarlo, tiramos a la diestra
por otra pista similar que asciende a su vera entre magníficos
pinares. Así llegamos, tras una hora larga de paseo, a la pradera
que ocupan el legendario dolmen de la cueva del Monje y un vivero forestal
cercado con una rústica empalizada.
Poco más adelante, dejamos el asfalto para seguir
unas rodadas hacia la izquierda, cruzar el arroyo de la Chorranca y trepar
por una empinada senda de su margen derecha. De este modo, descubrimos
un buen rato después la vieja cacera que, procedente del arroyo
de Peñalara, se descuelga en catarata por la brava ladera antes
de unirse con el de la Chorranca y llevarse parte de su caudal hacia los
jardines de La Granja.
Pero no es esta cascada –pese a su apariencia,
artificial– la que hoy nos interesa, sino la que se presenta medio
kilómetro más arriba, a unos dos horas del inicio. Aquí,
el arroyo de la Chorranca se precipita por un cortado rocoso de 20 metros
de altura y, acto seguido, tropieza con otro escalón que lo obliga
a dividirse en dos chorreras gemelas, completando de esta forma un triple
salto de belleza mortal, el más original y, sin duda, desconocido
de la sierra.
Para volver a La Granja, seguimos la vieja cacera a campo
traviesa. No hay camino, pero con la guía del agua, no se necesita
realmente.
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